En vista de muchos no nos quieren escuchar por que apoyamos a Andrés Manuel López Obrador y por este simple hecho nos descalifican y dicen que por esto atacamos al gobierno de Felipe Calderón pues les dejo la opinión de alguien que no creo que apoye a AMLO y que además es heredero de un gran hombre del PAN, aquí las palabras de Manuel Clouthier Carrillo, hijo del gran Maquio.
Obtenido de: http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=489479
“¡Cabrón, ¿dónde estabas? Entra a la política, cuentas con todo mi apoyo!”, le dijo Germán Martínez, entonces presidente blanquiazul, a Manuel Clouthier Carrillo, quien durante el 19 aniversario luctuoso de su padre, Maquío, había pronunciado un discurso sobre los riesgos de que la narcopolítica predominante en Sinaloa se extendiera por todo el país. Era 1 de octubre de 2008. Diecisiete meses después giró la historia: su exigencia al gobierno federal de atacar la narcopolítica sinaloense le ha acarreado desencuentros con líderes panistas, incluido el presidente César Nava. Y en el grupo parlamentario en la Cámara baja le han pedido dejar la curul.“No aguantan nada”, dice de los panistas Manuel Clouthier, quien en charla con Crónica se asume como aprendiz de político. “El PAN de antaño, el que conocí de niño y de joven, era generoso; el de hoy empieza a contaminarse con egoísmo”, acusa.Sobre la lucha anticrimen de Calderón, opta por la metáfora: “Andan podando ramas y no tocan ni el tronco ni la raíz, que están en Sinaloa”. Por eso, lanza un mensaje a los panistas: “Le hacemos más daño al Presidente, al país, al PAN y al grupo parlamentario quedándonos callados, cuando lo que tenemos que hacer es gritar”. Hombre arrojado. “De ideas libres”, dice, “porque, como decía mi padre, a los demás hay que verlos de frente: ni para arriba, ni para abajo. El chiste no es cambiar de amo, sino dejar de ser perro…”. Norteño al fin. Aquí, en diálogo franco. —¿Por qué ingresar a la política si estabas tan tranquilo en el ramo empresarial? —Mi padre era un ser político en todos los ámbitos, nos marcó el interés por la política entendida como actividad gestora del bien común. Asumí sus negocios, pero después encontré en el periodismo la convergencia entre política y empresa.Cuando consolidé las empresas las dejé en manos de mi hermano Ricardo y eso me permitió pensar de manera seria en la política. Cuando en 2008 Germán escuchó mi discurso me pidió entrarle… En enero de 2009 abrió lo de la candidatura plurinominal para diputado: no quería encajonarme en un distrito, requería ayuda en todo el estado. —En ese discurso de 2008 ya hablabas de narcopolítica… —Por eso no entiendo por qué tanto escándalo, si vengo gritando desde hace tiempo que el mayor riesgo contra las incipientes instituciones democráticas del país es la narcopolítica. ¿Por qué tanto grito si el suelo está parejo? Y en la coyuntura de que el gobierno federal asumió un compromiso con Ciudad Juárez que, quiero suponer, es serio, exijo lo mismo para Sinaloa, porque no ha sido atendido con la seriedad que los sinaloenses reclaman. —Ya hasta quieren quitarte la curul… —No aguantan nada… No pueden calificar mi discurso de electorero u oportunista sólo por haber visualizado el problema con anticipación… Se lo dije a mi esposa desde que estaba en el periódico: ya no quiero saber más de este cochinero, y entonces no sabía tanto como lo que sé ahora. Hoy ya no quiero saber. —¿Y dejarás la curul? —No. Julio Castellanos (vice coordinador de los diputados del PAN) me pide que la deje porque la necesita para respaldar al Presidente y le contesto que yo la necesito para respaldar a los sinaloenses… Sinaloa va adelante en la narcopolítica, pero es problema que atenta contra todo el país. Qué bueno que el Presidente decida combatir el crimen, pero de eso a que el combate se esté haciendo de manera adecuada hay mucha diferencia. Andan podando ramas y no tocan el tronco ni la raíz, que están en Sinaloa. —Da la impresión de que habla un ciudadano, no un político. —Soy aprendiz de político y tengo que esforzarme para no decir malas palabras. En Sinaloa las digo y me salen a toda madre. Cuidando el lenguaje, diría que le hacemos más daño al Presidente, al país, al PAN y al grupo parlamentario quedándonos callados cuando lo que tenemos que hacer es gritar. —¿Qué han sido estos meses como blanquiazul activo? —No pertenezco al PAN, aunque he pensado afiliarme, porque me es difícil opinar y contribuir a que el partido mejore… El PAN de antaño, el que conocí cuando era niño o joven, era generoso y hoy percibo que empieza a contaminarse con egoísmo, lo que lastima a quienes teníamos la esperanza de que ayudara en la transformación del país. Los cambios, como en los autos, tienen primera, segunda, tercera, cuarta y hasta quinta, pero también reversa. Quiero ayudar a que se rectifique el camino… No pretendo destruir a nadie, pero desespera que el sistema de partidos le haga tanto daño al país. Lo vivo en la Cámara: se anteponen intereses particulares a los de la nación. México tiene prisa y es inadmisible que los políticos perdamos tiempo y seamos incapaces de lograr acuerdos; es inaceptable que se roben los recursos donde hay más necesidades. —¿Por qué Sinaloa se volvió narcoestado? —La caída del viejo régimen ha provocado un estado democrático débil con entidades autoritarias y frágiles, y esto, a su vez, generó la proliferación del crimen organizado, cuyo motor está en Sinaloa; ahí se enquistó la narcopolítica y está siendo clonada en otras entidades. Exijo que se combata Sinaloa porque es mi estado, es un mugrero promovido desde el poder estatal. —¿El Cártel de Sinaloa es intocable para los gobiernos estatal y federal? —La narcopolítica derivó en un ambiente de corrupción que nos tiene en la antesala del punto sin retorno, que será cuando el costo de combatir al crimen y a la corrupción organizada sea mayor que el costo de tenerlos. El gobierno sinaloense está rodeado de gente vinculada al crimen, para que los sinaloenses nos acostumbremos a tratar con ellos desde el poder, y eso es perverso. —El narco gobierna Sinaloa? —Hay una camarilla mafiosa en el poder que tiene tres grandes pilares: uno político, uno criminal y uno empresarial. Es muy buena haciendo el mal, por eso subsisten el Cártel de Sinaloa, los narcopolíticos y los narcoempresarios. —¿En qué pilar está el gobernador Aguilar Padilla? —Prefiero no tocar nombres, pero lo que he dicho los sinaloenses lo saben, sabemos todo. —Hay quien dice que en 2008 Germán Martínez vio en ti madera para gobernador. —Dijo que me dedicara a la política y que contaba con su apoyo, y le respondí: “seré lo que tú quieras, cuélgame el San Benito que se te dé la gana, menos el de rata y el de ingrato”. —¿Quieres ser gobernador? —No deseo que estos señalamientos ni esta exigencia ni este desmadre sea tapete para un interés particular; decidí poner el pecho por delante y sería mezquino hacerlo con la idea de buscar una cosa tan limitada como un puesto político.
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