De Rafael Acosta “Juanito” candidato electo a Jefe delegacional por Iztapalapa se han escrito durante las últimas semanas muchas páginas, ¿verdades o mentiras?, depende de quién las genere y hacia quien vayan dirigidas. De entrada sabemos que los medios de comunicación al servicio de los poderosos de este país y sus incondicionales estarían muy felices si durante la transición del poder delegacional en Iztapalapa, esta no quedara en manos de Clara Brugada, por el temor que siempre han tenido a que algún municipio o delegación del país sea gobernado por personas a las que no pueden someter a sus designios e intereses; pero también sabemos que cuando una persona llega al poder intempestivamente y no está preparado para ello sufre el síndrome del ladrillo.
El ascenso de Juanito se da en los últimos años, cuando participa en la Resistencia Civil Pacífica, durante el desafuero, y las protestas por el fraude electoral del 2006 contra López Obrador, posteriormente es elegido como candidato a Jefe delegacional en Iztapalapa por el PT, y ante las triquiñuelas del PRD chucho y el Tribunal Electoral del poder Judicial de la Federación, surge como una pieza clave dentro del rompecabezas político que se tiene que armar, para que la gente que votó por Clara Brugada en las elecciones internas cuente con un candidato confiable y fuerte para ganar la elección del 5 de Julio, Se hace la campaña exprés con López Obrador a la cabeza y se gana la elección.
La popularidad y el cariño de la gente hacia Juanito llega a su máximo cuando se realiza la celebración por el triunfo de la democracia en Iztapalapa, se vive una especia de apoteosis junto a un personaje del pueblo, sencillo e ingenuo, pero cumplidor, una especie de David que había vencido a Goliat.
Ya en los discursos de la campaña y aun en el de la celebración por la victoria se habían mostrado las primeras pifias, pero pasaron desapercibidas o eran perdonables en aquellos momentos de euforia. Los primeros tropiezos vinieron cuando Juanito se empezó a placear por todos los lugares por donde iba y comenzó a alardear de “su triunfo”. Pero los primeros signos de alerta comenzaron cuando llegó a declarar que cobraría una quincena y dejaría después el puesto a Clara Brugada, pero que ella debería cumplir cabalmente al electorado, posteriormente llegó a mencionar que él hubiera ganado la elección sin la ayuda de López Obrador y Clara Brugada, después y cuando se acercaba el tiempo para preparar la transición de jefe delegacional comenzó a hacer tratos con el actual Jefe delegacional de Iztapalapa Longino García Ríos de la corriente Nueva Izquierda del PRD. Por esos días y con la intención de que la ciudadanía influya en las autoridades con sus denuncias y peticiones, varias organizaciones sociales conformaron el Círculo de Simpatizantes de Juanito entre las que destacan la Alianza Nacional de Organizaciones Sociales, la Unión General de Obreros y Campesinos de México y la Asociación Profesional Interdisciplinaria de México. En respuesta a esta acción y argumentando que el triunfo en Iztapalapa, se debió al trabajo de la gente que apoya a Brugada quienes revertieron las tendencias electorales en el poco tiempo que se tenía disponible; las asociaciones Frente Popular Francisco Villa, El Barzón, Unión de Organizaciones Político Sociales, La Comuna, Vivienda Digna, Mujeres en lucha y grupos de vecinos, entre otros, se pronunciaron en apoyo de Clara Brugada.
Ya en caída en plano inclinado, estos últimos días Juanito ha declarado que pedirá a Clara Brugada, que se comprometa por escrito y ante notario público, a dejar 50% de la estructura directiva delegacional a integrantes del Partido del Trabajo. Si no lo hace, advirtió, él se quedará en el cargo los tres años. Ya casi en caída libre, Juanito ha declarado que gente allegada a Clara Brugada lo quiere matar y que en repetidas ocasiones ha recibido llamadas que amenazan con dañar a su familia.
Como se verá, por iniciativa propia o por el canto de las sirenas, el descenso de Juanito como esperanza por la democracia ha ido en franca caída, esperemos que como todo proceso que baja vuelva a tomar vuelo y a ascender por el bien de la izquierda mexicana y los habitantes de Iztapalapa.
El ascenso de Juanito se da en los últimos años, cuando participa en la Resistencia Civil Pacífica, durante el desafuero, y las protestas por el fraude electoral del 2006 contra López Obrador, posteriormente es elegido como candidato a Jefe delegacional en Iztapalapa por el PT, y ante las triquiñuelas del PRD chucho y el Tribunal Electoral del poder Judicial de la Federación, surge como una pieza clave dentro del rompecabezas político que se tiene que armar, para que la gente que votó por Clara Brugada en las elecciones internas cuente con un candidato confiable y fuerte para ganar la elección del 5 de Julio, Se hace la campaña exprés con López Obrador a la cabeza y se gana la elección.
La popularidad y el cariño de la gente hacia Juanito llega a su máximo cuando se realiza la celebración por el triunfo de la democracia en Iztapalapa, se vive una especia de apoteosis junto a un personaje del pueblo, sencillo e ingenuo, pero cumplidor, una especie de David que había vencido a Goliat.
Ya en los discursos de la campaña y aun en el de la celebración por la victoria se habían mostrado las primeras pifias, pero pasaron desapercibidas o eran perdonables en aquellos momentos de euforia. Los primeros tropiezos vinieron cuando Juanito se empezó a placear por todos los lugares por donde iba y comenzó a alardear de “su triunfo”. Pero los primeros signos de alerta comenzaron cuando llegó a declarar que cobraría una quincena y dejaría después el puesto a Clara Brugada, pero que ella debería cumplir cabalmente al electorado, posteriormente llegó a mencionar que él hubiera ganado la elección sin la ayuda de López Obrador y Clara Brugada, después y cuando se acercaba el tiempo para preparar la transición de jefe delegacional comenzó a hacer tratos con el actual Jefe delegacional de Iztapalapa Longino García Ríos de la corriente Nueva Izquierda del PRD. Por esos días y con la intención de que la ciudadanía influya en las autoridades con sus denuncias y peticiones, varias organizaciones sociales conformaron el Círculo de Simpatizantes de Juanito entre las que destacan la Alianza Nacional de Organizaciones Sociales, la Unión General de Obreros y Campesinos de México y la Asociación Profesional Interdisciplinaria de México. En respuesta a esta acción y argumentando que el triunfo en Iztapalapa, se debió al trabajo de la gente que apoya a Brugada quienes revertieron las tendencias electorales en el poco tiempo que se tenía disponible; las asociaciones Frente Popular Francisco Villa, El Barzón, Unión de Organizaciones Político Sociales, La Comuna, Vivienda Digna, Mujeres en lucha y grupos de vecinos, entre otros, se pronunciaron en apoyo de Clara Brugada.
Ya en caída en plano inclinado, estos últimos días Juanito ha declarado que pedirá a Clara Brugada, que se comprometa por escrito y ante notario público, a dejar 50% de la estructura directiva delegacional a integrantes del Partido del Trabajo. Si no lo hace, advirtió, él se quedará en el cargo los tres años. Ya casi en caída libre, Juanito ha declarado que gente allegada a Clara Brugada lo quiere matar y que en repetidas ocasiones ha recibido llamadas que amenazan con dañar a su familia.
Como se verá, por iniciativa propia o por el canto de las sirenas, el descenso de Juanito como esperanza por la democracia ha ido en franca caída, esperemos que como todo proceso que baja vuelva a tomar vuelo y a ascender por el bien de la izquierda mexicana y los habitantes de Iztapalapa.
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